Suite Habana
Definitivamente
este film como su nombre lo indica es una radiografía de la vida en
La Habana, una ciudad costera en donde el ritmo de la vida no se
asemeja al ritmo cosmopolita de las ciudades al interior del
continente. Allí la vida transcurre lentamente, el calor y la luz
acompañan los días que pasan. Fernando Pérez recrea en el film un
día en la habana, empezando al alba en un día y terminando al alba
del siguiente. Para generar esta sensación recurre a elementos
comunes al inicio y al final del documental tales como el faro y la
estatua de John Lennon, utilizando diferentes encuadres pero al
volver sobre los mismos objetos se cierra el círculo narrativo y la
historia. El elemento primordial que marca el paso del tiempo es la
luz, al avanzar el día ésta va cambiando magistralmente, las
sombras “caminan” de acuerdo a la hora. El color también cambia
según la posición del sol y el paso de noche a día y luego de día
a noche es evidente. La narración está basada en el seguimiento de
varios personajes durante un día, desde que se levantan hasta que
están dormidos por la noche y vuelve a salir el sol en el siguiente.
Las actividades propias de cada personaje coinciden las unas con las
otras de acuerdo a la hora del día, elemento que marca el ritmo de
sus vidas y del film. El ritmo del film es lento, como la isla y sus
habitantes, al vaivén de las olas. Se utilizan muchos planos
generales y la duración de los mismos es generosa, lo cual dilata el
tiempo y generan en el espectador una verdadera sensación de
lentitud. Debido a la variedad de historias, el ritmo no perjudica
la atención debido al contraste entre unas y otras. La carga
dramática de las acciones de los personajes van acorde al ritmo, ya
que el resultado que produce al interior del espectador es la de un
grupo de personas que trabajan día a día por conseguir sus sueños,
lo cual les cuesta trabajo y al final, un día más.
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